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El sábado 16 Ricardo Mollo, Catriel Ciavarella y Diego Arnedo con su “Aplanadora del Rock and Roll” cerraron la gira por los 35 años de la banda en la capital cordobesa. Más de 25 temas y solos extendidos que hicieron casi tres horas de show
Una tarde con mucha humedad y ráfagas frescas que sirvieron de contraste, un alivio cuando el aire ya era demasiado pesado. En varios momentos hubo personas descompuestas por el clima, la presión y el público que buscaba el lugar de frente a la banda. El escenario, dispuesto sobre uno de los laterales de la cancha, daba un campo de pie mucho más ancho que largo. Por lo que el público ubicado hacia los lados no llegaba a ver más que las pantallas laterales.
Por el pasillo de ingreso se encontraban los stands de la Fundación Sí recolectando alimentos no perecederos, ropa y calzado. Fundación Empate, con la cual la banda colabora desde 2020, dedicada a la inclusión de personas con síndrome de Down y La Garganta Poderosa que vendía agendas y sus revistas para juntar fondos para comedores.
Cerca de las 21:40 en las pantallas se proyectó el video de un tractor -la aplanadora- con guiños a la trayectoria de la banda. Placas con los números 38 y 66, las siluetas de “40 dibujos ahí en el piso” que también decoran los amplificadores de la banda. Para el cierre del vídeo, la otra aplanadora sale al escenario con Paisano de Hurlingham con un tempo más lento en aumento hasta llegar al de la canción.
Para la primera parte del show eligieron algunas de las canciones más potentes de la banda: Sábado con una intro de Another One Bites the Dust de Queen como intro y El 38 para continuar la noche. En los primeros temas alguien del público tiró una papa al escenario. Algo que ya es una tradición en el público de divididos, desafiar a Mollo con distintas “púas”, pero la noche recién comienza, mejor dejar para más adelante esa imagen. Hizo un solo con la papa en la boca, la dejó al lado de la batería y siguió.
La noche siguió con temas que mostraban, por un lado, la capacidad de hacer hits de la banda. Cada vez que comenzaba una nueva canción se escuchaba el “uh” de aprobación del público. A la vez, estas reacciones instantáneas muestran la capacidad de Ciavarella que, apenas golpea la batería, ya hace identificable cual es la siguiente canción. En el público se notaba mucha gente que conoce a la banda y cada uno de los pasajes del show. En el solo de Que tal? un grupo de amigos cronometraba cuanto duraba el solo mientras otro preguntaba “¿Harán La Rubia Tarada?”. La hicieron tras un minuto y treinta segundos -cronometrados- de solo. Un primer homenaje a Sumo, la banda liderada por Luca Prodan a una semana del aniversario 36 de su fallecimiento.
En la segunda parte del show llegaron distintos invitados al escenario para hacer una sección cancionera y folklórica. 35 infantes de escuelas rurales que forman parte de Canciones Urgentes para mi Tierra, dirigido por Ramiro Lezcano cantaron Spaghetti de Rock.
“Este es el futuro” dijo Mollo sobre el coro.
Continuando con los invitados, el trío Los Tres Mundos acompañó a la banda para el pasaje folcklorico con Guanuqueando y La Flor Azul en lo que titularon como “el pogo folklórico” con gente del público subiendo al escenario a bailar la canción de Arnedo Gallo. Natalia, una de las personas elegidas, bailó chacarera, en el escenario del Kempes, junto a Divididos y en el día de su cumpleaños, con todo el estadio cantando el “Feliz cumpleaños” en lo que puede que sea la anécdota insuperable desde ese día hasta varios cumpleaños en el futuro.
La banda bajó del escenario un momento para dejar solo a Catriel con todos los reflectores, un solo de batería que era rápidamente identificable con El Arriero pero que se tomó casi siete minutos. Hasta que, efectivamente, la banda reingrese para comenzar a tocar el tema de Yupanqui, con su cara en las pantallas.
Ya entrada la tercera y última parte del show, mientras la gente cantaba “Milei, sos la dictadura” para el nuevo presidente argentino el llamado de la banda fue “que no nos roben la felicidad” y que la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo es para siempre e inalterable “imaginemos lo mejor” dijo el cantante, como en el verso de San Saltarín. Canción que adelanta el nuevo, el noveno, disco de la banda fue la siguiente. Con la participación de Ariel Leiva en flauta y Santiago Molina en gaita.
“¿Alguien gritó Crua-Chan? ¿No? Ah me pareció nomás, porque si no lo gritan…” Llamó Mollo, aprovechando la presencia de Molina en el escenario y para seguir homenajeando a la banda que supieron compartir con Arnedo.
A partir de ese tema, la banda anunciaba su despedida a la vez que Ricardo decía: “Para nosotros el año ya terminó, no tenemos apuro” y remarcando que es la primera vez que cierran un año fuera de Buenos Aires en esta provincia a la que le remarcó la belleza de sus sierras. Todavía faltaba bastante, siete canciones, pero podemos extender el número si contamos los fragmentos de otras canciones incluidas como Para Ir de Almendra que suena en medio de Amapola del 66 o extenderlo más con el tiempo de los solos. El público pedía una canción de Iorio, integrante de Hermetica y líder de Almafuerte, fallecido en octubre de este año.
“Lindo muchacho ese” respondió Mollo y recordó el Festival Cordoba Rock del 99 en el que actuaron junto a Almafuerte. “Pero en esa época también estaba Norberto”. Comienza Sucio y Desprolijo. Siguieron con Rasputín/Hey Jude, Paraguay y Ala Delta. En esta última, al igual que el de la papa, alguien del público al que pudimos identificar como Tomás le tiró su zapatilla para que Mollo use de “púa”. Más tarde la recuperó.
Para, ahora sí, el cierre tocaron dos canciones de Sumo, Nextweek y El Ojo Blindado con intro en reggae y un nuevo sólo para el final. Ricardo Mollo ya se había bajado del escenario cuando las luces se prendieron. Arnedo y Ciavarella siguieron tocando mientras la gente salía del Kempes. Como ya habían dicho, para ellos terminó el año y no tenían ningún apuro en dejar de tocar. Lo que efectivamente sucedió cerca de las 00:30 horas. Un cierre histórico para 35 años de la banda y a la espera de su próximo disco
Redacción: Santiago Mansilla
Fotos: Lorraine Carrano
