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  • Foto del escritorBrenda Petrone Veliz

Quilmes Rock 2022: Primer día

El mítico festival volvió a la presencialidad y se vivió con mucha alegría. Algunas bandas tocaban por primera vez en vivo después de mucho tiempo y otras trajeron sorpresas tan emotivas como inexplicables.


Fotos: Sofía Pérez


El primer día de cualquier festival es siempre el más intenso. Se trata de palmar el terreno, ubicar los stands de comida e hidratación y en nuestro caso ver a dónde está la sala de prensa. Planear cómo ir y cómo volver, a dónde retirar entradas o credenciales, por dónde ingresar a los escenarios... La locura se pone a flor de piel y no hay nada que la frene.


Esos sentimientos siempre van en aumento conforme los shows van sucediendo. Las sorpresas que nos tienen lxs artistas cuando suben al escenario generan una ansiedad y adrenalina inexplicable. Y eso fue lo que pasó cuando presenciamos el crossover entre Gorillaz y Trueno.


Ya de por sí había una energía intergaláctica entre la gente desde que se conoció que la banda inglesa iba a tocar en Argentina. En medio de una sucesión de avisos de shows internacionales, el hecho de tenerlos a ellos junto a otrxs grandes artistas nacionales e internacionales en el histórico Quilmes Rock se convirtió en una cita infaltable.


El grito de sorpresa de todos los presentes cuando Trueno apareció a tirar un free en español sobre Clint Eastwood fue glorioso. Posterior al anuncio, las redes sociales se llenaron de asombro porque nadie imaginó semejante sorpresa hasta que trascendió la historia de la hija de Damon Albarn, estudiante de español y fan del trapero. Ella fue quien propuso ese cruce en Tecnópolis que ya se volvió legendario.

Escenarios encendidos

Los pogos inundaron Tecnópolis con cada una de las canciones de Gorillaz, pero también con cada estrofa de Las Pelotas, Eruca Sativa y el Cuarteto de Nos.


Los escenarios Quilmes y Rock estaban uno al lado del otro. Mientras en uno tocaban, los plomos del otro armaban la escena del próximo artista. Su organización era clave para no perder ni un minuto. Enormes pantallas con cronómetros les marcaban a ellos y a las bandas cuánto tiempo les quedaba para hacer y deshacer cosas.


Los pasillos entre estos y los escenarios Geiser, Claro y Enigma se abarrotaron de gente. Algunos sólo querían hacer fila para comprar comida, otros sólo querían preguntar quién seguía después de tal o cual músico.


El procedimiento de tarjetas para abonar los productos funcionó para organizar los pagos, pero falló con la cargaa través de Mercado Pago. Si bien eso generó mucha incertidumbre, los posteriores carteles con información sobre la devolución y la data en las redes sociales permitieron que los reclamos se generaran y el dinero correspondiente se fuera devolviendo paulatinamente (al menos de aquellxs que pidieron el reembolso).


La tarde entre Rayos, Pericos y muchachos rockeros

Sobre el inicio de la jornada, Rayos Láser estaba interpretando los primeros acordes de Ya me hiciste mal. Gustavo, César, Santiago y Tomás brindaron un show cálido en la tarde fría del último día de abril. Cuando el tiempo se les cumplió, Estelares salió rápidamente al escenario del lado y Alas Rotas fue la canción elegida para abrir.


Manuel Moretti tenía una silla a su lado para ayudarlo a sostenerse ante cualquier infortunio. El músico se había operado la cadera hacía poco y quería evitar cualquier desplome en el festival. La gente al enterarse de eso, aplaudió al artista y la banda desde entonces no paró de tocar.


Este Misterio - la última canción que salió antes de la pandemia - encendió algunas gargantas que ya gritaban la letra y a coro decían "qué palabra más hermosa es novedad". Las novedades de la incipiente velada siguieron con Airbag y una performance a todo volumen.

El trío rock/punk se abrió paso después de Estelares y arrancaron con el clásico cover internacional que siempre interpretan en sus shows. Por mil noches siguió en la lista y Noches de Insomnio prendió (casi literalmente) fuego el escenario - con unas máquinas especiales. La pantalla led los enfocaba caóticos y energéticos. La gente estaba eufórica y no paraba de corear cada uno de los temas.


Luego, la banda dedicó Cae el Sol a todas las personas que fallecieron por COVID en estos últimos dos años, un periodo difícil para la Argentina y el mundo. El "oh oh oh sigo esperando por ti" se cantó con la garganta hecha un nudo y un par de lágrimas de nostalgia.


Un GRL PWR con poder de revolución

En el escenario Claro, Clara Cava y Feli Colina se despidieron de su gente y Sara Hebe con su banda aparecieron entre las sombras para iluminar la noche del Quilmes. La cantante salió de bambalinas trapeando Ignatia. Entre baile, lucha y alegría, el público se agrupó al frente del grupo y gritó cada estrofa con fuerza.


En el fondo, personajes salidos de estampitas religiosas tomaron otra apariencia para darle ese toque sarahebeado tan característica de la música. Un bebe con el pasamontañas de Pussy Riot miraba desde el escenario a la gente y hacía el ruido de una revolución que necesita incomodar. Después con Mándame tu luz, la militancia abrazó el amor y la banda hizo un covercito de jazz que dejó bailando a todo el mundo.

La otra pata girl power que tuvo este escenario fue Eruca Sativa que subió a escena tras una ovación. Sorojchi fue el tema elegido para abrir el show y Día Mil le siguió casi sin pausas - ambas canciones de su último disco Seremos Primavera.


El trío cordobés lo dio todo, al igual que su gente que pogueaba sin cesar. Después tocaron temas un poco más viejos como Amor Ausente y Para que sigamos siendo, una acción que trajo mucha nostalgia por la cantidad de momentos compartidos entre Lula, Brenda y Gabi que siguen transitando la escena nacional.


La emoción no se quita con los años

El regreso de Virus a la escena musical con su presentación en el Quilmes Rock fue sin dudas un hito histórico para la banda. Marcelo Moura no dejaba de agradecerle a la gente por tanto tiempo de amor y aguante. Estaba tan cautivado por lo que vivía ahí arriba que su cara reflejaba muchos nervios, pero también mucho cariño.


El grupo se encargó de interpretar grandes clásicos como Pronta Entrega, Luna de miel en la mano e Imágenes Paganas. "Gracias por acompañarnos tantos años", expresó Moura y cerró una noche mágica en su historia musical.

Segundos más tarde, el Cuarteto de Nos apareció con gran energía en el escenario y de entrada la rompieron con El hijo de Hernández. Como si fuera poco, los uruguayos alzaron la apuesta y reventaron todo con Ya no sé qué hacer conmigo y Lo malo de ser bueno. La inexplicable sensación de volver a verlos en Argentina fue similar al orgullo que se siente cuando te sabes todas las letras del Cuarteto de pe a pa (un trabajo de años que se logra poniendo todos sus discos en loop una y otra vez).


Después, Roberto le dejó el micrófono a Santiago quien interpretó Enamorado tuyo como una obra de teatro de drama y pasión. Entre melodías conocidas, el grupo reveló que para el mes de junio se viene un nuevo disco y que Fiesta en lo del Dr. Hermes - su último lanzamiento - formaría parte de ese nuevo material.

Mientras esta locura se agrandaba cada vez más, en la otra punta de Tecnópolis Vicentico remixaba Los Caminos de la Vida con una base de cumbia y delante de enormes planos led de colores brillantes. Su propuesta también incluyó una reversión tecno de Morir a Tu Lado y un acústico maravilloso de Siguiendo La Luna - un clásico de Los Fabulosos Cadillacs que persiste en el tiempo con una altura admirable.


Por último, los años parecían no pasarles a Los Pericos en el Quilmes. Una banda que mi vieja vio en Córdoba cuando era soltera (lleva casada con mi viejo hace 25 años) en un pequeño escenario de Alta Gracia y que yo tuve el privilegio de vivirla de la misma forma que ella y doy fe que con el mismo entusiasmo. La banda hizo bailar al público con Nada que perder y un solo de saxo de Cristian que dejó plantado a más de uno.


En el Claro se armó una fiesta de reggae y rock que los treinta minutos del cronómetro no podían contener (pero que al final lo hicieron). Waitin y Runaway llevaron el amor y el baile a otro nivel. La banda se movían en el escenario y no dejaba que la gente se quedara quieta ni por un minuto.

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